lunes, 27 de diciembre de 2010

Si tuviéramos la boca llena de flores o de peces

"Una vida aislada y tranquila en el campo, con la posibilidad de ser útil para quienes es fácil hacer el bien y que no están acostumbrados a que se lo hagan. Y un trabajo que se espera sea de utilidad. Y el descanso, la naturaleza, libros, música, amar al prójimo. Ésa es mi idea de felicidad. Y sobre todo eso, tú como compañera; niños, quizás. ¿Qué más puede desear un hombre?" Tolstói. 

Me mantengo firme y constante, porque sé que a pesar de todo el cariño que nos podamos tener, nuestro ahora no se compara con la idea que tengo de felicidad. 

1 comentario:

BLOGGER dijo...

capítulo siete, el amor en el viento maru, tan cambiante como fresco y cálido