Tan rápido como un click, me convertí un niño envuelto de la realidad incómoda. Escarbando más en el pozo depresivo básicamente era un héroe cometiendo hamartía. Me pregunté mil veces que carajos hacía ahí, sin atisbar absoluta respuesta. Pero, desconocidamente (fue largo el proceso), abrí una puerta y allí me encontraba agotada de tanta pena y desdicha. Fue verme en un espejo ajeno; fue concientizarme de que así no tenía gracia continuar. Presioné mi cabeza fuerte contra el pecho y sin darme cuenta cambié el modus operandi con el cual me había manejado estos últimos tiempos. Mientras me ahogaba en ese agua helada rememoré los viejos placeres, las viejas sonrisas, y por sobretodo el viejo amor de mi fuero interno. El mar quien se compadeció, me dejó salir y por fin una ataraxia me confirmaba que había sazonado una incisión.
2 comentarios:
Mejor tarde que nunca
SNM
no puedo explicarte lo feliz que me hacen tus textos.
te necesito tanto mariana. te quiero con el alma
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