Un jueves (como mañana) intenté escapar; de saltar la línea circular que bordeaba mis pies.
Aún así, de a poquito me voy yendo, de a poquito me voy cicatrizando. Cuando ésto sucede, un son de victoria retumba en mi carne. Apenas cuatro meses, y ya las piezas de mi cabeza son diferentes. Tengo que volver armarlo, acarreando los conocimientos del juego pasado. Tan simple como eso pero ahora- abruptamente; es capaz que no lo entiendas y pido disculpas de antemano,
paro de escribir, ya no puedo. Como si tuviera los dedos entumecidos. Esta sensación que siento no me permite coexistir con mis palabras. Sólo quiero fundirme en el hombro de alguien y llorar hasta quedar sin consciencia, viendo como las lágrimas caen en su ropa... Olvidándome de quién soy, sin dejar de ser.
1 comentario:
Todos nos queremos ir de nosotros mismos, alguna vez. Realmente nunca se me había ocurrido expresarlo así, pero son las palabras justas.
Me gustó mucho el texto,
Saludos.
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