Detrás de los Andes, detrás de las elevaciones desconocidas, su figura duerme plácidamente en mis noches. Es mi musa, mi absoluta musa y está tan lejos de mis manos... (para acariciar).
Diamante su alma que atraviesa kilómetros para llegar a mis sueños. Ella de interior descomunal, de alegría innata y voracidad al sentir, es la causante de que mi profundo latido la busque en cada color de las fotografías guardadas.
Sus renglones, aquellos que desfilan en sus poemas, son una red, un rocío, son un arma para mi pobreza. A pesar de tanta aura, la lejanía de los límites, no me permite oír ni un sonidos de sus labios, ni sentir algún aliento de su cuerpo, ni tomar un miserable lazo de sus ropas. Pero eso no afectará el recuerdo borroso que conserva de mí, a la espera del papel, de la carta eterna que le estoy redactando.
Underdog: For you.
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